08 Jul
08Jul

El hecho de que no existan demasiados concursos artísticos y literarios en el ámbito educativo, el hecho de que los que existan demuestren falencias, el hecho de tratar de proponer (el caso de este portal) un concurso literario líder del ámbito educativo, la noticia digamos sorprendente de que una facultad no artística (como la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia de la UNSL) lance una competencia escolar tan bien diagramada, motivan a la búsqueda de un resumen como el presente: cuáles son, entonces, los elementos que constituyen un buen concurso literario para el nivel medio. 

Desde la redacción de esta web nos comunicamos con la Dra Mariana Ferramola, una de las responsables del I Concurso Literario de Cuentos La Universidad y Vos, de tal modo que su declaración acompañe algunos puntos a revisar. 

En primer lugar, conozcamos con quien hemos hablado: 


1. En primer lugar te pediría una referencia tuya: quién sos, cuál es tu labor en la facultad y universidad, cuál es tu rol en el concurso.

Soy Doctora en Bioquímica y docente de la FQByF de la UNSL desde hace 17 años. Mi vida laboral está dedicada a la ciencia y la enseñanza de la ciencia, la literatura vive en mi corazón. Siempre me gustó escribir, porque en las letras encuentro mi voz. Y desde un intento de amalgamar miradas que pueden verse casi antagónicas, pensamos este concurso. Es para nosotros un espacio para las y los adolescentes, para su crecimiento personal, desde lo académico y lo emocional. Es también una forma de acercarnos a ellos, con una propuesta diferente, en la que perseguimos la meta de que sean los y las estudiantes los que se sientan protagonistas.


Ahora sí, desarrollemos brevemente los principales aspectos que hacen a un concurso literario interesante para el ámbito escolar. 

El primero de todos, quizás el más importante, es el tópico de escritura. El tópico de escritura es más importante que los premios, y es lo que va a llevar a los participantes, en primer lugar, a desear competir. El tópico ideal es la libertad absoluta: yo participo con aquello que escribo. Lo que hago, sea lo que sea, es válido. De allí que particionar los tópicos en géneros es la forma más natural y mejor para organizar un concurso escolar. La peor opción, por el contrario, es elaborar un tópico limitante, acotado, o burdamente ideológico: escribamos de, escribamos en contra de, o a favor de. 

Un tópico de escritura malo es aquel sobre el que nunca a ningún joven se le ocurriría escribir por sí mismo. 

Ahora bien, la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia no es el Ministerio de Educación. Organiza este concurso que tratamos aquí porque tiene un objetivo: la difusión de sus carreras. Basado en esto, creó un tópico sutilmente interesante. Este es la ciencia, tomado de forma amplia. En los relatos no importa el género, no importa el tono de la escritura, sino el tema, y éste puede ser abordado desde muchos ángulos: de los personajes, de los temas en sí, desde las consecuencias, desde la ausencia o del descubrimiento, etc. 

Consultamos a Mariana Ferramola sobre este aspecto, y esta es su explicación: 


2. Te pregunto en cuanto al tema de escritura, que es tan interesante. El punto de partida es obvio, ciencia, y se comprenden perfectamente los motivos. Pero la forma en la que puede abordarse es muy creativa. Es lo que le da una gran amplitud al tema, por la cantidad de formas desde las que se puede llegar: quien escribe tiene muchísima libertad para hacerlo. ¿Podés contarme un poco acerca del proceso de decisión de este punto? ¿Cómo se decidió, cómo llegaron a él, había otras opciones?

La decisión acerca del tema llegó mientras intentábamos darle forma al proyecto. Inicialmente, solo estuvo la idea de lanzar un concurso literario. Desde ahí, como institución, teníamos que pensar qué objetivos nos interesaba alcanzar a partir de la propuesta. Fue pensando en esos objetivos y en darle un toque distintivo y de pertenencia a nuestra Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia, que pensamos en que la temática estuviera referida a la ciencia. Y como bien decís, la ciencia entendida desde puntos de vista muy amplios. Y esto da mucho margen a la creatividad, que es parte de lo que nos interesa fomentar en los y las adolescentes, porque la ciencia (entendida como ciencias naturales, vale decir) atraviesa todo. La vida cotidiana, el ámbito académico, la historia y el futuro, solo que a veces no es fácil verla. 

3. Siguiendo con el tema de escritura, hay algo que no se puede pasar por alto. Este no posee ningún sesgo ideológico ni político. De hecho, de principio a fin se puede ver que todo el concurso no tiene ningún tipo de atadura ni insinuación ideológica para con los estudiantes. ¿Esto fue algo obvio para la organización o se tuvo un cierto cuidado, cierta precaución?

Es muy interesante que plantees esto, sinceramente yo no lo había notado. A mi entender esta falta de sesgo político proviene de la intención con la que nació este concurso. Nació para y por los y las estudiantes. Por supuesto que como institución tenemos intereses detrás de este concurso, como hacer conocer nuestra facultad y su oferta académica. Pero no es lo principal. Lo que buscamos con este concurso es generar un espacio que sea para las y los estudiantes, que los ayude a crecer, que no solamente les sirva para buscar mejorar sus competencias de lectoescritura (algo que, como universidad, por supuesto nos interesa), sino que se adueñen de este concurso, para disfrutarlo y disfrutarse ellos en ese camino. Esperamos también que este espacio se instaure como parte de la tradición cultural de nuestra provincia. En resumen, podría decir que pusimos la mirada principalmente en lo que este concurso tiene para ofrecer a los y las estudiantes, y por extensión a toda la comunidad de nuestra querida provincia. Es por eso que no hay para nosotros intereses políticos.


Derivado del aspecto anterior, un típico error en la elaboración de concursos escolares es procurar una extensión mínima de expresión: relatos de una carilla, en la mayoría de los casos. Es simplemente absurdo, y parte del desconocimiento de los jóvenes que transitan el secundario. Es asombrosa la cantidad de ellos que escriben larguísimos relatos, inspirados en juegos o en lecturas. 

En este sentido, el concurso La Universidad y vos, también acierta. La extensión es el vasto segmento de dos a diez páginas. Es decir, si un estudiante escribe un relato más bien sintético, con superar la carilla ya está dentro, y si escribe algo que se le va yendo de las manos, el territorio para extenderse es más que suficiente. 

Sobre esto también consultamos: 


4. Otro punto muy positivo del concurso es que da libertad para los participantes en cuanto a la extensión de los cuentos (de 2 a 10 hojas). Esto es muy importante: la extensión es lo que le da la posibilidad de expresión a los estudiantes, es poder desplegar toda su creatividad sin ataduras. Esto, que es un defecto de lo más común en los concursos literarios escolares (que ponen límites absurdos, como relatos de una carilla) en el concurso que organizan ustedes no está. ¿Podés contarme algo sobre el proceso decisorio en cuanto a este punto? 

La extensión de las obras es la pesadilla de todo escritor…. Realmente muchas veces, lo más difícil para poder entrar en un concurso de literatura es entrar dentro de los requisitos que ponen para las obras en cuanto a extensión, y a veces temática. La idea de que la extensión tenga un rango amplio fue una propuesta mía, que los demás ideólogos de este proyecto aceptaron, y surgió a partir de mi propia experiencia en la participación de concursos literarios.


Por último, un aspecto vital de los concursos escolares es la premiación. El error más común es diseñar premiaciones que nada tienen que ver con un concurso literario ni con el tema en cuestión: buzos, remeras, tecnología, entradas a recitales o todo tipo de pavadas. Como si la organización pensara el concurso en términos de un soborno: escribí, que si hacés ese sacrificio, yo te regalo algo requetecopado. 

Este es otro muy buen punto de este concurso La Universidad y vos. Promete aquello que hace a lo que es tal institución y a lo que es el concurso, o sea cultura y ciencia. 

Veamos la respuesta ante esta consulta: 


5. Por último, otro aspecto positivo del concurso: las premiaciones. Al prometer premiaciones que son publicaciones y actividades científicas y culturales ustedes apuestan, o doblan la apuesta, por aquello por lo que luchan, que es la ciencia. Un defecto atroz de los concursos escolares es prometer premiaciones que nada tienen que ver ni con el arte, ni con la cultura, ni con la ciencia, lo que es algo así como admitir que un estudiante no puede interesarse por tales temas. Ustedes, sin embargo, apuestan por lo contrario, basando toda la motivación en lo que ustedes hacen y promueven, que es la ciencia. ¿Qué me podés decir acerca del proceso de decisiones en cuanto a este aspecto?

La decisión en cuanto a las premiaciones tuvo dos caras. Por un lado, lo que pensábamos que nos gustaría dar como premiación, y por otro lado, las posibilidades económicas y organizativas de las partes intervinientes (nuestra facultad, el Ministerio de Educación, el Ministerio de Cultura y San Luis Libro). Pero ciertamente nunca dejamos de ver el objetivo, que es el crecimiento personal, la superación, el aprendizaje y la valoración de la propia creación y las creaciones de los pares. La idea es un poco que lo más valioso para los y las estudiantes sea el proceso. En definitiva, el objetivo máximo de este concurso es la promoción de la ciencia y la cultura, y que como sociedad pongamos en valor las obras de nuestros y nuestras estudiantes. Y en concordancia con esto es que se pensaron los premios.


Un pensamiento que une a estos puntos que se mencionan, y sirva esto de cierre a estas observaciones: lo que define cada uno de los puntos es la fe que se tiene en los estudiantes. 

Un concurso literario con un tópico amplio es la confianza en un pensador libre y con criterio, un escritor joven de quien se va a descubrir algo interesante; por el contrario, un concurso con un tópico ideológico es una especie de trampa, y quien lo hace cree que el estudiante no se va a dar cuenta y va a caer en ella. Un concurso literario con espacio para expresarse es aquel que cree que un joven puede tener mucho para decir; por el contrario, decirle a un joven que diga algo como máximo en una carilla es porque no interesa demasiado su palabra. Un concurso artístico que se piensa partiendo de las premiaciones y las fotos y el merchandasing es aquel que no se tiene por lo suficientemente bueno como para que los estudiantes participen por mero interés. 

Desde estas columnas se celebran los buenos concursos artísticos y literarios, y que este concurso se piense como el primero de muchos es una gran noticia. Ojalá así sea.


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